martes, 5 de mayo de 2009

¡Ay, estos días!

Caminemos al lado de el Narrador de La historia de Mayta (novela de Mario Varga Llosa) en un arrabal del Perú. Son tiempos de revolución, de violencia, tiempos de confusión e impotencia. Estamos en uno de los barrios más marginados de la nación, donde los hogares de cartón, aluminio, adobe, siempre a media construcción, del lumpen, se erigen entre excremento, desechos, moscas, crimen y pestilencia. Estamos aquí para entrevistar a dos monjas, cuya vida entregaron a la caridad y a una revolución eclesiástica silenciosa y desapegada del todo de los dogmas del catolicismo. Es que nuestro amigo el Narrador está construyendo una novela basado en la vida de Mayta, el revolucionario que se alzó en Jauja, y necesitamos del testimonio de las monjas, quienes le conocieron. De más está preguntar por qué recabamos testimonios reales para construir una historia de ficción, es la manera de proceder de nuestro narrador y punto.
Las monjas nos hablan de todo un poco, asesinatos, laboratorios de cocaína, hombres que matan a sus esposas por celos y justifican el crimen tras la cortina de confusión tejida por los asesinatos políticos, ya todos matan y no se sabe ni por qué. Pero las monjas no se lamentan, las vemos fuertes y llenas de fe, no optimistas, pero tampoco desesperadas. Nos cuentan la historia de un Padre canadiense que Mayta en su momento les contó:

Me acuerdo de un padre joven, alto, coloradote, que era médico. Nada de lo que he aprendido me sirve, decía. No soportaba que los niños murieran como moscas, la cantidad de tuberculosos, y que en los periódicos hubiera páginas y páginas dedicadas a fiestas y banquetes, a los matrimonios de los ricos.

Llegamos a unos basurales-chiqueros, el olor se eleva denso y deja caer sobre nosotros la fetidez que puede sin misericordia. Estamos en la zona más peligrosa de la barriada, nos dicen las monjas entre otras cosas.
Notamos que nuestro Narrador se torna distante, sabemos que la duda le arrebata de ahí. Más aún, sabemos lo que piensa, él piensa:

¿No puedo concentrarme en Mayta porque ante semejante ruindad su historia se minimiza y evapora?

Las monjas siguen hablando, pero él sigue abstraído en la cuestión que lo tiene ahí:

¿O es porque, ante esta ignominia, no es Mayta sino la literatura la que resulta vana?

No nos da tiempo para dejar caer la cabeza (no se a ustedes, pero para mí la pérdida de la fe es un cataclismo que arrasa la vida hasta reducirla, no a muerte, pero a escombro vegetal), al cabo se responde él mismo:

Es un mal pensamiento ése. Si, como el Padre canadiense del cuento de Mayta, yo también me dejo ganar por la desesperación, no escribiré esta novela. Eso no habrá ayudado a nadie; por efímera que sea, una novela es algo, en tanto que la desesperación no es nada.

Punto. Dejemos al Narrador, dejemos la novela de Vargas Llosa. Volvamos del Perú a nuestra computadora, a la realidad cibernética de hoy. En realidad ya no me queda qué decir, esa última cita lo dice todo. En estos días de crisis económica, de desempleo, de epidemias que amenazan hecatombes, de confusión por el bombardeo de información que nos llega por todas partes, tenemos de dos.. Dejarnos ganar por la desesperación y hacer nada, o mover un dedo y construir cualquier cosa, acto que por efímero que sea, ya es algo. A mis amigos.. A escribir se ha dicho, tapicemos de letras este blog, aunque incurramos en el surrealismo cuando se nos acaben los argumentos.

Salud y heavy metal..

luis sánchez

3 comentarios:

  1. Gracias Luis por publicar este texto, aqui comienza una nueva aventura. Te agradezco que te hayas tomado el tiempo de investigar la anécdota.
    Nos seguimos leyendo.
    Tere.

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  2. En realidad aun no he leído esa novela, pero por eso mismo es chido lo que estamos haciendo pues de aquí parto para ponerme a investigar y leerla... y aun que aun no la haya leído, por lo que aquí escribes me doy cuenta, a grandes rasgos, que se habla de una novela con contenido histórico que conlleva elementos importantes por el lugar que describe, Perú, y por ende elementos socio, económico -político... que por desgracia no sólo se viven o se vivieron ahí sino que actualmente lo estamos viviendo. Nos estamos dando de madrazos todos los días por tratar de "sacar" adelante la situación en nuestros hogares, empleos, relaciones sociales y hasta personales.
    Y concuerdo contigo Ángel... lo único que nos queda pa sobrellevar esto es crear... seguir creando!

    …Tapizar con letras lo que nos resta.
    Euri

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  3. estuvo bueno tu comentario... a veces no pensamos en el arte coo primer recurso si no como último... algo asi como lo que le pasa al creyente que hasta que no se ve hata el cuello le pide a su dios...

    saludos... David

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